jueves, 13 de noviembre de 2008

Dejar de lado la febrilidad
y entrarse de golpe
en el insomnio de los sueños.
Morder a la rabia,
pintar el aire,
saltar al vacío,
para mirar con ternura
a la usurera vida.

Ramiro

lunes, 13 de octubre de 2008

Ciruelo de mi puerta,
si no volviese yo,
la primavera siempre
Volverá. Tú, florece.


(Anónimo Japonés)

viernes, 10 de octubre de 2008

Los Nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos: Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no profesan religiones, sino supersticiones. Que no hacen arte, sino artesanía. Que no practican cultura, sino folklore. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

De: Eduardo Galeano

martes, 23 de septiembre de 2008


(Colección de microcuentos) José Manuel Fernández Argüelles

Sonidos

Los suspiros y gemidos sonaban acompasados, rítmicos, a través de la pared; eran como un canto contenido a duras penas que sorteaba con limpieza la barrera de ladrillos, cemento y pintura con la que se construyen los tabiques. Juan deseó que aquel sonido, que ganaba poco a poco en intensidad, no se detuviera nunca.


Víctimas

El día había llegado a su fin, y el grupo de armados cazadores, en torno a un improvisado fuego, contaba las piezas abatidas. Eran múltiples codornices. Cientos de esas aves estaban muertas y alineadas en filas sobre el suelo a la luz de la hoguera. Uno de los cazadores, alzando su rifle, ahora descargado, dijo: "¡Es tan fácil como, en otras partes, matar hombres!".




Sorprendido.

Perdí mis pocas monedas en el trayecto de casa a la parada del autobús. Lo descubrí cuando las busqué en el bolsillo del pantalón y noté que no lo llevaba puesto. Asustado, quise cubrirme con la chaqueta, pero esta tampoco la tenía encima. Entonces pretendí quitarme la corbata, pues nada me desagrada más que llevar esa prenda sin chaqueta, pero resulta que tampoco tenía corbata. Inmediatamente, sospechando lo peor, miré hacia mi pecho y descubrí la ausencia de la camisa. Así me hallé, en medio de la calle, a la altura de la parada del autobús, sorprendidamente desnudo.


Poemas de amor

El tonto del pueblo gritaba poemas de amor a inventadas damas que se imaginaba en los balcones de algunas casas.


Un día.

Me preguntas si es largo un día, y yo te digo que es interminable, que no tiene fin predecible, que no hay medida que lo abarque. Todas las mariposas de la noche lo saben.

martes, 26 de agosto de 2008

Ámbar II

Mi amor duerme con
las manos abiertas
rumiando al ámbar
de tu vientre

mi amor
juega a las escondidas
zurciendo a retazos los jazmines
y cuento
y me entrego


Acontecida de rumores
la Luz, bautizará el tiempo
cubierta de tibiezas


Ramiro 2004

Ámbar

Una melodía dibuja en mi garganta
la nota de todas las mujeres…
Y me encuentro entero chiquito,
acostado debajo de las sabanas
que perfumé de mí.

Mis ojos cerrados
se cubren de un ámbar,
complacidos de haber sentido… Tanto!!!

Me acaricio el pelo,
dejo caer mis lágrimas de añoranza
y el sueño me sorprende.
Florecido de franqueza;
Como pan caliente,
en un domingo soleado con queridos y pastas.

Ramiro

viernes, 7 de marzo de 2008

hhhzzzzzz

Nos medimos las distancias.
A cada rato.
A ver quien aguanta más el deseo.
Melodiamos entre labios que se pronuncian…
con el afán de tocarse,
hasta empaparse…

Ramiro